¡Sebastián Viera, una leyenda inolvidable! Así no era Bolillo, así no era

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Por Luz Mila Torres Ruiz

Antes de empezar a escribir lo pensé mucho:¿escribo como seguidora, hincha de Junior desde el vientre de mi madre o como periodista directora de este blog?. Y, por fin, después de muchos días, decidí hacerlo como seguidora desde el vientre de mamá, y en algunos párrafos, confieso, lo hago como periodista en el caso de Sebastián Viera ante su salida del Junior de Barranquilla.

Y empecé a escribir como seguidora del equipo de mis amores, al que me enseñaron a amar, y a respetar a sus ídolos. En mí caso nunca tuve muchos, solo dos de mi época: Víctor Danilo Pacheco e Iván René Valenciano y muchos años después a Teófilo Gutiérrez, Carlos Bacca y Sebastián Viera, sin orden, aclaro. Y dudo mucho que después de ellos, pueda tener otros ídolos. Por eso, primero pensé en el título y después escribí, porque por lo general los periodistas escribimos y cuando terminamos el artículo, titulamos.

Para empezar un jugador de fútbol se convierte en leyenda, en histórico, cuando ha logrado varios hitos (entendiendo el significado de hito como el que denomina y enmarca un punto que delimita etapas o épocas históricas con un club o selección).

Un hito histórico es eso que marca y determina algo relevante en el fútbol entre un antes y un después, siempre con el objetivo de hacer importante eso que se quiere marcar para siempre y que sea de grata recordación.

Y eso fue Sebastián Viera en el arco de Junior: un antes y un después…

Porque el fútbol es un entretenimiento que rebosa emociones, sobre todo cuando se sacan resultados gracias a jugadores que marcan diferencia en un club: logrando títulos e imponiendo récords dentro y fuera del país como lo hizo Viera.

Y desde su llegada a Junior en la temporada 2011 este portero uruguayo empezó a marcar puntos para su historia y la del club hasta convertirse en leyenda, porque ese año Junior conquistó su título número seis, y él era junto a Giovani Hernández uno de los líderes del grupo. Recuerdo bien que fue un Viera gigante en la semifinal contra Millonarios en Barranquilla, primero manteniendo su arco en cero (3×0 a favor de Junior en partido de vuelta, en Bogotá había sido 0x3 y no tapo él) y seguidamente atajando un tiro desde el punto penal (de 5) para avanzar a la final con Caldas, en donde otra vez demostró por qué estuvo con solo 23 años de edad jugando una semifinal de Champions League con Villarreal de España y por qué en ese mismo país le batió un récord de mayor minutos con el arco en cero (389 minutos) a José Pepe Reina, arquero español, campeón mundial con España y ganador de dos Euro Copas. Datos que muchos desconocían y que ni él mismo Viera nunca reveló porque si hay algo que lo caracterizó siempre fue su prudencia y humildad para no sacar pecho por lo que había logrado en Europa.

Y por eso, el día que aterrizó en Barranquilla dijeron que parecía más un modelo de ropa de Versace que arquero. Ese día, en efecto, prensa e hinchas de Junior empezaron a escuchar historias y conocer un poco del pasado de Sebastián Viera, una de las grandes estrellas del fútbol uruguayo (campeón invicto con Nacional de Uruguay en 2005 y selección Uruguay). Pero lo más destacado, aunque no lo supieran, fueron las expectativas que generó tras su llegada al club más grande, ganador e importante de la Región Caribe. Era conocer al arquero que cambiaría la forma en que los hinchas de Junior veían el fútbol desde los tres palos de su equipo, desde la época de Juan Carlos Delménico en los años 70 y 80 y de José María Pazo, en los años 90.Aseguró después que nunca pensó quedarse mucho tiempo acá, pero para alegría de Junior, de sus hinchas y del fútbol, Viera se quedó 11 años y medio.

A partir de ahí, del año 2011, las escenas con Sebastián Viera varían,pero muestran siempre una coincidencia que han hecho imposible desconocer sus capacidades, su profesionalismo y, sobre todo, su entrega por el equipo: quien vio al mejor arquero de Junior de todos los tiempos en sus 99 años de historia y el club con el que conquistaría a Colombia, no lo olvidará jamás.

Y no solo por sus grandes atajadas, que incluye sus 17 de 22 definiciones desde el punto penal para avanzar a semifinales y finales o para definir títulos.  El 2 de junio de 2016  marcó su primer gol de tiro libre a Millonarios en el estadio metropolitano Roberto Meléndez. Y desde entonces inició una serie de 11 goles anotados desde esa distancia, que lo convierten en el arquero en la historia de la Liga Colombiana desde 1948 a 2023 con más goles de tiro libre marcados: 8 en liga, 1 en Copa Libertadores y 1 en Copa Sudamericana. Además, anotó dos goles de penalty para un total de 13.

Después de Viera están los arqueros Nelson Ramos con 7 (4 en liga y 3 en ascenso); Luis Delgado con 5; René Higuita, 4; Luis Fernández, 2; José Luis Chunga, 2; Diego Gómez 1; Diego Novoa 1; Julián Viáfara, 1 y Milton Patiño, 1.

Pero lo triste es que un gran sector de dizque hinchas de Junior y gran parte de la prensa de la ciudad, incluso, se acostumbró tanto a los jugadores mercenarios que solo vinieron al club a desangrarlo y a pasear, que cuando llegó Viera a hacer historia ganando títulos y rompiendo récords en el equipo, mostrando profesionalismo, compromiso y amor por los colores rojiblancos, a raíz de un chisme nunca comprobado, por supuesto, lo trataron de rosquero, de sindicalista, lo insultaron y hace poco hasta de “salao” lo tildaban (un “salao” de 7 títulos?, No entiendo? Que tal?) pidieron su salida rápida, porque, según ellos, era el único involucrado en todos los goles marcados a Junior (tuviera o no culpa), parece que para seguir creyendo en sus extraordinarias condiciones de arquero, el cual evitaba por partido tres y hasta cuatro anotaciones, tenía que permanecer invicto persécula seculorum (indefinido y sin fin preciso). Concepto que después cambió cuando Jeferson Martínez (30 años, de la misma década de Viera: 30-40 años) tomó el arco del equipo (o cualquiera que lo hubiese cogido). Entonces, ya no era culpable el arquero sino la defensa. Ya los goles no se llamaban todos Viera, sino defensa: Escarpeta, Andueza, Ortiz…

Total, en fin, el que hubiese atajado por Viera no iba a ser culpable de los goles como si lo era siempre el uruguayo.

Más bien teníamos que exaltar que Viera ha llegado a los 40 años atajando e imponiendo récords en Colombia y fuera de Colombia gracias a su disciplina, constancia y mentalidad ganadora.

Con todo respeto, pero muchos se dejaron meter el dedo en la boca con tres atajadas por partido por encima de muchas y grandes atajadas en 638 partidos. Por algo Viera tiene y se va con un récord en Colombia, difícil de superar en los años venideros, de 231 partidos finalizados con el arco en cero.

De Viera, defiendo su trayectoria y lo que significó para Junior y por eso creo que mereció todo el respeto de un sector de la prensa deportiva, de gran parte de la hinchada, del señor Hernán Darío Bolillo Gómez, técnico actual de Junior y del máximo accionista Fuad Char Abdala. Que cometió errores, sí claro, porque es humano y arqueros imbatibles e invencibles no existen en el mundo, pero más fueron sus aciertos que llevaron a Junior a ganar títulos, no partidos nada más. Para algunos por Viera se perdieron partidos porque «los regaló»,pero en ese momento cuando se expresaron así nunca se acordaron que por él fueron más los partidos que Junior no perdió, y por goleadas. Y por eso con él se ganaron 7 títulos, que lo erigen como el más ganador, hasta ahora, en la historia de Junior; con él llegaron a una semifinal (2017) y final (2018) de Copa Sudamericana, esta ultima por primera vez en toda la historia del club.

El señor Bolillo Gómez llegó, igual que Amaranto Perea, y no le importó meterse con un referente del club. Amaranto Perea con Teo: «Junior juega mejor sin Teo» y lo aplaudieron a rabiar. Teo se va al Cali y con su talento y goles lo condujo a ganar el título, porque marcó diferencia y fue figura en ese título. Y a Junior con Amaranto lo siguieron eliminando, no ganó nada. Entonces?

Y ahora Bolillo hace igual, iden con Viera, pero:  «bravo Bolillo es el único que se atrevió a sentar a Viera…».  Muchos, algunos periodistas y dizque hinchas, festejaron más que Bolillo sentara a Viera que el equipo hubiese podido ingresar a los 8.

Y cuando yo leía esto y se acabó el torneo de todos contra todos con resultado de Junior eliminado después de más de 10 años ininterrumpidos ingresando a los 8, con Viera en el arco, por supuesto, reflexioné lo siguiente:  después de todo por qué aplaudieron tanto que Bolillo sentara a Viera? Por qué tanta bulla?¿Qué ganó Junior con esos cambios? Nada. Por qué y para qué tanta alegría? “Bravoooo sentó a Viera…”. ¿Cuáles fueron los beneficios? Ninguno!

Primero no ingresó a los 8, repito, después de 10 años ininterrumpidos ingresando a los cuadrangulares.Segundo, Junior no mejoró en nada porque en gol diferencia (por goles recibidos) y eso en parte nunca le favoreció, quedó con menos (-) no con más (+) en la diferencia de goles, ya que a Martínez, que cumplió hasta donde pudo y sus condiciones se lo permitieron, le anotaron en 7 partidos 6 goles, 5 de estos de visitante  ante Cali y Caldas, equipos que no le ganaban a nadie hacía más de 10 fechas, el primero cuasi colero y el segundo colero completo.

Si sentar a Viera hubiese clasificado a Junior a los 8 y el equipo estuviera peleando título. Ok tenían razón. ¿Pero con Viera siempre clasificando a los 8 y ganando títulos y sin Viera, y mucha bulla con Bolillo pero eliminados.? No tenían razón!

¿Entonces, por qué tanto aplauso para Bolillo? ¿Qué ganó Junior? El que ganó fue el ego de Bolillo porque se dio el lujo de sentar a Viera y después sacarlo. Pero Junior perdió plata porque no ingreso a los 8.

Al contrario, con Viera de suplente se perdió mucho: la oportunidad de ganar en pases desde su arco con precisión a los delanteros para dejarlos mano a mano, sobre todo cuando Junior no tiene ni en el medio ni arriba quien genere opciones para gol, porque con Martínez todos los pases desde su arco son al contrario; se perdió la posibilidad de un tiro libre como en el último minuto con Pereira en Barranquilla; se perdió la posibilidad de atajar penalty como en Cali y Manizales y se perdió la oportunidad también de anotar de penalty.

Y ojalá que mucha gente no siga repitiendo lo que dijo Bolillo Gómez para “lavarse las manos” y evadir su responsabilidad como técnico con que le hizo falta el punto de Santa Marta ante Unión Magdalena y el de Chicó en Barranquilla. No, que pena señor Bolillo porque contra los samarios se perdieron dos puntos (no tres) y fue en la fecha 10 cuando Junior no estaba ni cerca de entrar a los 8 y el otro, Chicó, fue en la fecha 12, donde tampoco estaba cerca de ingresar a los 8.

Pero se lavó las manos con ese concepto y la gente lo acolitó y lo repite. Recordemos que Bolillo tomo al equipo en la fecha 10, y, sí, lo sacó del fondo de la tabla y lo metió a los 8, pero no supo mantener al equipo allí. Y ahora le indalgó la culpa a los jugadores. Y muchos,peor, para justificarlo desempolvaron a Arturo Reyes del que nadie se acordaba cuando Bolillo ganó unos partidos,  porque éste era lo mejor y hasta el dueño don Fuad  Char dijo que era el mejor técnico en la historia de Junior. Otra falta de delicadeza, con todo respeto, contra el que si ha sido el mejor técnico de la historia de Junior: Julio Avelino Comesaña López.  Pero bueno, como siempre, la comodidad de muchos a la hora de opinar.

Por qué el señor Bolillo Gómez en vez de hablar de los dos puntos que se perdieron en Santa Marta (ganó uno, no perdió tres) para achacarle la culpa a Viera de su eliminación, más bien no recuerda los tres puntos que perdió en Cali, en donde no jugó Viera, partido que iba ganando 2×1 y terminó perdiendo 2×3. Con ese triunfo ante Cali se metía a los 8 de una vez porque estaba a dos del octavo y venía a jugar con Millonarios para aumentar. Pero no, después de ese partido en Cali, en donde perdió la oportunidad ese día de ingresar a los 8, fue con Millonarios en Barranquilla (faltaban 4 partidos con ese) cuando ingresó ganando apurado 1×0 con gol de Sandoval.

Y después ante Caldas en Manizales Bolillo, primero se la pasó toda la semana diciendo que ese partido iba a ser duro, como justificando con anticipación la pérdida del partido. Y juega en Manizales pésimo, con un mal planteamiento ofensivo y defensivo, pierde, pero como se le dan algunos resultados con otros equipos sigue entre los 8 y todo el mundo aplaudió que Junior solo dependía de sí mismo para ingresar al grupo de los privilegiados. Y así era. Regresa a jugar con Pereira en Barranquilla, necesitaba ganar y empata en un partido también regular.

Y va a jugar a Neiva con Huila y gana, pero no le alcanza para entrar a los 8, y no fue por los dos puntos en Santa Marta y Chicó para achacarle a Viera y a Sandoval, que erró el penal, como lo insinuó Bolillo, no señor, usted sale de los 8 porque faltando tres fechas del todos contra todos, usted estaba dentro pero pierde en Manizalez un partido que no debió perder y empata con Pereira, que tampoco debió empatar.

Y aquí, repito, si estaba ya entre los 8, no en la fecha 10 con Unión ni en la fecha 12 contra Chicó, como lo insinuó. Además, ninguno de los equipos de los de arriba de la tabla y que al final clasificaron anticipadamente estaba asegurado ni en la fecha 10 ni en la fecha 12. Que pena con usted, Bolillo, revise bien y no siga confundiendo a la afición con el verso que lo eliminaron por los dos puntos que dejó de ganar en Santa Marta para decir que fue por culpa de Viera.

Y, sí, claro, los ciclos se cumplen porque nadie es eterno, no lo somos los humanos porque algún día todos tenemos que partir a la presencia de Dios, pero los ciclos de los grandes no se adelantan y menos por la puerta de atrás, la que da para la cocina y conecta con la paredilla que da para la calle o para el patio.

El ciclo de Sebastián Viera en el arco de Junior se tenía que cumplir algún día y tenía que llegar, de eso estoy de acuerdo, pero en lo que no estoy de acuerdo es la manera en la que actuó el club con él y en la forma en la que actuó y sigue actuando con la lengua, sobre todo, el señor Bolillo Gómez contra una insignia, un referente, un ídolo del club. Parece que le diera rabia, que le disgusta mucho, porque retó con altivez a los periodistas que fueron a la rueda de prensa a preguntar por la salida del uruguayo; parece que no le gusta que los hinchas de Junior estén dolidos y que en Barranquilla todos hablen de Viera y su salida.

Viera es una persona que merecía un mejor trato y mayor respeto, porque antes que él viniera a Junior, qué ganaba este equipo? Nada. No éramos nadie. Aun así él llegó, trabajó y dio resultados: penaltis atajados decisivos, varias finales (7 finales de liga y una Suramericana, sin meter las de Copa Colombia y dos Super Ligas) y que se perdieron con Nacional y el Medellín porque los encargados de ejecutar no cumplieron, pero él siempre atajó un tirop desde el punto penal. Siempre Junior estuvo en finales de protagonista. Goles de tiro libre, un arquero que en la actualidad haga eso acá en Colombia, ¿quién?  ¿cuál? Ninguno.

Si, se tenía que ir, pero por la puerta grande, él dio todo al club, hasta una vez aceptó rebajarse el sueldo mientras el equipo se reponía económicamente y consideró quedarse a vivir en Barranquilla, y no jugar en otro equipo en Colombia distinto a Junior. Cuando Armani se fue de Nacional, este equipo quiso a Viera pero él no quiso nunca ir a jugar allá, porque pensaba que traicionaría a toda una afición, pero lo triste hoy es que gran parte de esa afición a la que él no quiso traicionar, bien desagradecida, lo traicionó a él, porque aplaudieron las decisiones de Bolillo Gómez y olvidaron lo que ha sido para el equipo.

¿Qué más querían de él como arquero y como persona? Ha tenido más sentido de pertenencia por Junior que los propios nativos de esta ciudad, por eso merecía todo el respeto del mundo, de los que saben y entienden de fútbol no de los charlatanes que solo comentan o responden con monosílabos.

Por eso aplaudo la iniciativa del alcalde Jaime Pumarejo Heins por ese homenaje que, más como barranquillero que como burgomaestre de la ciudad, le va a hacer en La Ventana de Campeones a Sebastián Viera, porque considera que siendo uruguayo ama a la ciudad y al equipo en donde ganó todo en Colombia: Liga, Copa Colombia y Super Liga.

Los grandes tienen y deben retirarse cuando lo crean conveniente. Viera ha sido un ídolo y un gran referente de Junior, y debió irse del equipo cuando lo creyera oportuno y como lo que ha sido, un grande: en un último partido oficial, anunciado con anticipación por todos los medios de comunicación, con pancartas y cánticos de las barras alusivas a él despidiéndolo, con un estadio metropolitano lleno, así, eso era lo que merecía Sebastián Viera, no despedirlo con una cartica igual, idéntica, a la que le dan a los que llegan y se van sin dejar huellas.

A los grandes se les despide con honores. Sebastián Viera es una leyenda inolvidable. Así no era Bolillo, así no era.