En la dirección de los palíndromos: El SOS poético de Walter Yepes

128

En un silencioso rincón literario de Barranquilla, entre los anaqueles y las páginas que celosamente resguardan las paredes de la Biblioteca Popular del Barrio La Paz, se desliza, casi que sigilosamente, un poeta. Acomodado en su silla de ruedas, Walter Yépez Del Toro, un joven autor oriundo del municipio de Plato, Magdalena, se ha convertido en una presencia asidua, en casi que un reflejo. Walter, es una figura suave, modesta, apacible, una presencia tranquila que no alardea, pero que irradia profundidad.

A Yepes, lo encontramos mimetizado entre los viejos libros y su silla de ruedas, haciendo escuchar su tono de voz justo, esa especie de proyección de su personalidad que es casi un eco de su existencia apenas audible. La piel, el pelo, la ropa, todo en Walter es discreto, sencillo, casi ascético. Parece levitar, emanando una extraña paz que cobra sentido al descubrir su fascinación por las letras. A sus 50 años, Walter se viste de sabiduría, deslizándose por los espacios literarios como un hombre que vuela bajito, un poeta que se eleva sobre las circunstancias de la vida.

Walter Santander Yépez Del Toro, nacido en 1973, poeta, promotor de lectura y gestor cultural, licenciado en lengua castellana y comunicación de la Universidad de Pamplona, es hoy una voz poética importante y necesaria en esta ciudad de oropeles y apariencias, a pesar de no contar con ningún capital social ni haber nacido con privilegios de clase y de piel.

Desde hace más de tres lustros, Walter se ha venido abriendo camino, enfrentando sus propios molinos de viento, como la poliomielitis que lo abrazó a los cinco años, y el estar confinado desde entonces a una silla de ruedas, condición que no ha sido impedimento para lograr sus metas. Ha publicado cuatro libros de poesía y se desempeña como promotor de lectura en la Biblioteca Popular del Barrio La Paz en Barranquilla.

Este custodio de libros, soñador de atardeceres pálidos, nos invita a adentrarnos en su más reciente creación: En la misma dirección de los palíndromos, una obra que se suma con delicadeza a su legado literario. A través de la palabra, Walter comparte la belleza de sus breves poemas, diminutos como un suspiro, tejidos con hilos de recuerdos, sueños y la esencia misma de la vida en el Caribe, como extraña y bella criatura encallada en el mar, como un testamento identitario que parió nuestro Caribe.

En estos días festivos, la invitación que nos hace Walter se reviste de un matiz especial, adquirir su obra, esa que está plagada de esa voz apacible revelada en sus poemas, esa voz que nos susurra los secretos azules de la luna, el lamento de los montes y las mañanas silenciosas que algunos vates se han olvidado cantar.

Sus poemas, como perlados granos de mostaza, son un eco lejano, un recuerdo que resuena en una habitación vacía. A medida que exploramos su obra, nos damos cuenta de que Walter no solo nos regala poesía, sino la oportunidad de vivir la vida desde una perspectiva única, marcada por la gracia de la palabra.

En la Biblioteca Popular del Barrio La Paz, Walter no solo es el promotor de lectura, sino el narrador silente de historias que tocan el alma. Entre los estantes polvorientos y los suspiros de los libros, se revela su autobiografía incompleta. Su mirada, llena de la riqueza de las experiencias, nos invita a sentir la magia de la cumbia, el olor del mar y el susurro de la brisa caribeña.

En su humildad, en su vuelo silencioso, Walter Santander Yépez Del Toro nos guía a través de las páginas de su vida y nos permite descubrir la poesía no solo como palabras impresas, sino como un eco que resuena en los rincones más íntimos de nuestra existencia. Cada palabra, cada verso, nos conecta con la esencia misma de lo humano, con la belleza que se esconde en los detalles cotidianos y con la posibilidad de encontrar significado en cada experiencia vivida.

Apoyar al poeta, que por estos días pasa por momentos difíciles, es apoyar la palabra, la creación, la poesía, nuestra poesía. Adquirir sus libros es mucho más que un acto de solidaridad para con un compañero de letras y de resistencia creativa. Así, mientras nos sumergimos En la misma dirección de los palíndromos, nos sumamos a un viaje literario de hermandad que es lo que necesita con urgencia la escena cultural de la ciudad. Con su poesía, Walter Santander Yépez Del Toro nos invita a celebrar no solo las fiestas, sino la eternidad de la palabra y la conexión que existe entre los seres humanos a través de la literatura.

Su hablante lírico no es otra cosa que una sábila colgada en la pared, el aleteo de un colibrí, un eco lejano o un recuerdo que suena muy quedo en una habitación vacía. Walter, el custodio de libros, el memorioso soñador de pálidos atardeceres, ha encontrado entre sus hallazgos los secretos azules de la luna, las amarillas cartas de un Van Gogh desencantado, las uvas que nadie quiso tomar en una fiesta y el lamento de los montes. Su palabra, que es heredad y ensueño, se constituye en la autobiografía incompleta de otro soñador empedernido.

Los libros se pueden adquirir para colección propia o en estas fechas para obsequiar, ayudando no solo al autor, sino también a expandir la literatura.

Los pedidos se pueden realizar a este número de telefónico: 3126052904.