Balance electoral. Triunfos y derrotas del progresismo

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Redacción política de playnoticias

Por los retos que se plantearon, por las condiciones políticas y por las cifras esperadas, en Barranquilla y el Atlántico las elecciones del 29 de octubre pasado resultaron de enorme trascendencia para el presente y el futuro.

Además de las insistentes y cada vez más copiosas denuncias sobre fraudes y críticas por la abstención, hay pocas novedades. Como ya se rumoraba, los partidos tradicionales serían los ganadores y el alto número de cargos adquiridos lo certifican.

No puede dejar de destacarse lo que es considerado por varios politólogos como el “naufragio de la izquierda”.

Por ejemplo, a diferencia de otras ciudades, por estos lados no les fue nada bien a las juventudes progresistas o de centro, y una muestra de ello está en el descalabro del llamado Pacto Caribe (que agrupa 11 partidos y 14 movimientos y organizaciones y comités), herederos del Petrismo, que obtuvo una vergonzosa votación, y los del Partido Verde, de quienes se esperaba que al menos conservaran la curul que venía ostentando Andrés Rengifo, pues el joven Reynaldo Torres, su gran contrincante, dejó mucho que desear en los escrutinios al alcanzar unos 2 mil apoyos, cuando aseguraba obtener unos 10 mil. 

Las candidaturas del mototaxismo con sus pocos votos y su división frente a las aspiraciones a cargos uninominales, resultaron un contundente fracaso, con dificultad para levantarse. Asimismo, se “ahogaron” periodistas, sindicalistas, directivos de juntas de acción comunal, académicos, feministas, políticos, ex congresistas y ex concejales, gente reconocida en redes sociales y defensores de derechos de usuarios, líderes y lideresas. 

Lo que si volvió a caracterizar a las fuerzas del progresismo es su “facilidad para las rupturas, divisionismos, garroteras, su anarquía y el canibalismo”, como lo expresan un tanto decepcionados varios de sus “líderes de base” o “carga-ladrillos”; llevando este nuevo intento, después de haber ganado la presidencia de la República y un buen número de congresistas, al “peor de los desperdicios políticos”, tal cual lo indica un directivo que pidió reserva de su nombre.

Lo que parecía el escenario ideal, al elegir el 4 de julio a sus candidaturas a la alcaldía y a gobernación: María Correa y Máximo Noriega, respectivamente, se fue tornando en un desastre. Al momento de las inscripciones, el 29 de julio, y luego de desmontes, retiros de avales y fracturas, no quedaban estos aspirantes y ni siquiera un poco de la lejana unidad, lo que fue declarado en un boletín de prensa de inicios de octubre.                 

En relación a las mujeres, siguen avanzando en la conquista de espacios. Hasta la fecha ya están 3 de derecha en el concejo distrital y varias ediles y diputadas; pero por los lados de la izquierda no se dieron los resultados positivos que por momentos se veían como posibles. Varias se retiraron ante el temor del mal conteo que ya se veía venir, y las cifras de la mayoría de las aspirantes que prosiguieron, nuevas, repitentes o insistentes, confirman lo que consideran algunos analistas como “uno de los peores guarismos en la historia reciente”.

Aunque es de resaltar la campaña de las miembros de listas del Pacto Histórico al concejo y asamblea, como Adriana Vargas, Dreisa Rosas, Miladys Cassiani y Alejandra Moreno. Se destaca también el papel de Claudia Patiño (reemplazo de su esposo Máximo Noriega), con el aval de Fuerza Ciudadana, pues obtuvo una considerable votación en el departamento, con alrededor de 62 mil sufragios (5,67%), aunque fue superada por el voto en blanco que en Barranquilla le triplicó e igualmente alcanzó unos 18 mil votos menos que Antonio Bohórquez (repitente en el Concejo por el Estatuto de Oposición).         

A propósito de la alcaldía distrital no se produjo nada extraordinario, pues desde que se generaron los escándalos y divisiones, y se descuartizaba y desinflaba al PH, se empezó a presumir que la continuidad de Char le iba a ganar a todos los que aspiraban desde las militancias en el centro, de derecha o de izquierda, o los que de una u otra manera actuaran a nombre del Pacto Histórico, ya sea del Polo, Colombia Humana, ADA, Fuerza de la Paz o Gente en Movimiento, que quedaron rezagados.  

No sobra destacar que cada vez más crece el número de aspirantes por las garantías a favor de quienes ocupan el segundo lugar.  Recuérdese que para el 2015 hubo solo un candidato de la izquierda: Rafael Sánchez (quien por cierto se ahogó estruendosamente en su reciente aspiración al concejo); en las de 2019, se presentaron 3 candidaturas que se enfrentaron a Jaime Pumarejo y en las recientes, se llegó a 6, además de quienes promovieron la abstención y el voto en blanco. Ya antes se habían retirado 2 por falta de respaldo.

En las de 2023, Hassan Fares (Partido Ecologista Colombiano) y Luis Guzmán Chams (ASI, Colombia Renaciente, Verde Oxigeno), aunque obtuvieron avales de partidos diferentes del Pacto Histórico, “convencieron” a varios petristas o izquierdistas de “pura cepa” tanto del PH como del recién bautizado Pacto Caribe, para que les apoyaran en las urnas.  Harry Silva (Fuerza de la Paz de Roy Barreras, Gente en Movimiento de Mauricio Lizcano) y Ronald Valdez (ADA), se inscribieron avalados por algunos partidos cercanos al gobierno nacional y pertenecientes al PH inicial, ahondando las divisiones, en busca de quedarse como dueños del símbolo y los réditos que significaba en su momento el Pacto. En conclusión, el tan apetecido en su momento Pacto Histórico, tuvo al menos 3 candidatos a la alcaldía del distrito, e igual número a la gobernación del Atlántico). Una de las mayores divisiones y fracturas de la historia reciente.

Sin embargo, al observar la manera de llevar a cabo cada campaña, las intervenciones y propuestas de debate y las cifras obtenidas, bastante precarias en ciertas candidaturas, se puede concluir que Antonio Bohórquez fue el único que realmente peleó la alcaldía a Char, y que los demás solo buscaban quedarse con el segundo lugar y con la curul a concejo que permite la norma que garantiza derechos de la oposición, convirtiendo al actual concejal en su único candidato a derrotar. E incluso, fueron tan flojos los apoyos, que al sumarse todos sus sufragios, no lograron alcanzar los más de 53 mil votos de Bohórquez. 

De lo ocurrido el 29 de octubre, queda en el ambiente a manera de conclusión que, entre otras cosas, ya varias figuras históricas perdieron vigencia y salen por la puerta trasera; que algunas otras perdieron la oportunidad de contarse y les va a resultar difícil encontrar otra posibilidad como ésta; al igual que volvió a ser un imposible la unidad entre los izquierdistas. Pero también, que salieron con fuerza a la palestra nuevos nombres en varios partidos, incluyéndose los renovados liderazgos, especialmente de mujeres, de entre los llamados alternativos; al igual que se ratifica la habilidad y fuerza electoral de Bohórquez que se quedó otra vez con la mejor votación entre todos los que planteaban el cambio. De entre ellos y ellas, por “haber quedado tan bien situadas y situado”, ya se dice van a ser “claves en las próximas elecciones congresionales”.