LA COLUMNA DEL SENADOR. El anhelado regreso del Amira de la Rosa

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Por José David Name

La deuda cultural que ha dejado para los barranquilleros el cierre desde hace más de 8 años del teatro Amira de la Rosa sigue creciendo, y no será hasta el 2027, si todo marcha según lo proyectado, que podremos volver a disfrutar de este majestuoso escenario. Los recientes avances en los trámites para su restauración nos permiten soñar nuevamente con la reapertura del teatro más querido e importante de la ciudad.

Indudablemente, la ausencia del Amira de la Rosa ha resentido la actividad cultural de Barranquilla. Va creciendo una generación que nunca ha disfrutado de este escenario insigne del país, cuna de muchos artistas del Caribe, lugar que ha sido testigo del talento, el arte y la tradición. La casa del majestuoso Telón de Boca “Se va el caimán” del maestro Alejandro Obregón, que aguarda en la sede del Banco de la República a la espera de su apertura.

Después de muchas críticas, por las trabas que ha tenido la intervención, se empiezan a ver los resultados y la voluntad de avanzar en las fases. Con la aprobación de los diseños del Amira, y la autorización de la licencia de construcción que permitirá las obras de ampliación, modificación, restauración, reforzamiento estructural, demolición parcial y cerramiento, se logró un importante avance en las fases del proyecto, fruto del trabajo juicioso que viene adelantando el Banco de la República, de la mano del ministerio de Cultura, la alcaldía, los gestores culturales, los grupos académicos y la comunidad, con rigurosos estudios patrimoniales, técnicos y operativos para la intervención del teatro, que por su valor patrimonial requiere un tratamiento especial.

Han sido años de espera, en los que el anhelo de los barranquilleros por el renacer del Amira ha ido en aumento y las promesas fallidas. De ahí, la molestia de los gestores culturales y la ciudadanía en general por la fecha estimada para el fin de las obras (año 2027), que entregó el Banco de la República, el encargado de recuperar, ampliar y operar el Teatro. Para evitar que se extienda la lejana fecha es necesario que se avance con celeridad en las fases.

Esperamos que sigan en el camino de la coordinación y cohesión para sacar adelante y en los tiempos pactados, el tan esperado proyecto. Estaremos vigilantes y atentos en esta nueva fase de contratación de obra, en la que debe primar la transparencia, rigurosidad e idoneidad. Confiamos en que la selección se realice bajo los parámetros establecidos por la ley y cumpliendo con cada uno de los requerimientos del caso. No queremos otra decepción como la que tuvimos con las obras de ampliación y modernización del Aeropuerto Ernesto Cortissoz. Gran expectativa tenemos los barranquilleros con los resultados prometidos en la que será la intervención del Teatro Amira de la Rosa, no vemos la hora de regresar a un escenario moderno, adaptado a las necesidades actuales, con las condiciones físicas y digitales necesarias para recibir a todo público, pero impregnado de la esencia e identidad, que lo hace un referente de la cultura de Barranquilla y del Caribe.