Crisis fiscal en Colombia: un consenso con muchas aristas y pocos recursos

28

*Izquierda y derecha coinciden en la gravedad del déficit fiscal, pero discrepan en sus causas y consecuencias. El presidente Petro definirá pronto qué sectores enfrentarán los mayores recortes.

El panorama fiscal de Colombia para el próximo año es una tormenta anunciada. Tanto el Gobierno de izquierda, liderado por Gustavo Petro, como la oposición de derecha están de acuerdo en un hecho indiscutible: no hay suficiente dinero para financiar el presupuesto público de 2025. Las causas y las soluciones, sin embargo, son motivo de intensos debates y posturas encontradas.

El déficit fiscal proyectado para 2025 ronda el 4,3% del PIB, un nivel sin precedentes en las últimas décadas, exceptuando el año de la pandemia. La caída significativa en el recaudo tributario durante 2024, sumada al crecimiento constante de los gastos, ha dejado a la economía nacional al borde de ajustes drásticos.

Un presupuesto récord, pero insuficiente

El Gobierno expidió recientemente un presupuesto de 511 billones de pesos para 2025, la cifra más alta de la década. Sin embargo, esta cantidad no es suficiente para cumplir con las promesas de cambio social del presidente Petro, según sectores de izquierda. Las limitaciones presupuestarias y los condicionamientos en su asignación han despertado críticas, especialmente tras el hundimiento en el Congreso de la reforma tributaria que buscaba recaudar 12 billones de pesos adicionales.

El presidente calificó el rechazo de esta reforma como un «golpe al pueblo colombiano», destacando que los recursos eran necesarios para proyectos clave en educación, salud, cultura y energías renovables. Desde diversos sectores, las preocupaciones se han multiplicado: bibliotecas públicas, orquestas sinfónicas y hospitales en regiones marginadas, como Bojayá en el Chocó, podrían quedar desfinanciados.

Recortes inevitables, prioridades cuestionadas

El nuevo ministro de Hacienda, Diego Guevara, ha intentado bajar el tono de alarma, asegurando que los recortes no afectarán las principales banderas sociales del Gobierno. “No somos Javier Milei y no sacrificamos gasto social por ajuste fiscal”, afirmó. No obstante, el suspenso sobre qué sectores serán afectados sigue generando incertidumbre en todos los frentes.

El presidente Petro ha enfatizado que las inversiones aplazadas se retomarán una vez mejoren las condiciones económicas en 2025. Pero mientras tanto, ya se han anunciado decisiones que han encendido los ánimos, incluso entre los aliados de la derecha.

El Ministerio de Vivienda, por ejemplo, suspendió las postulaciones al programa Mi Casa Ya, un subsidio para la compra de vivienda que nació en el Gobierno de Iván Duque. Desde la oposición, esta medida ha sido calificada como un ataque al sueño de los colombianos de tener vivienda propia. Miguel Uribe, senador del partido Centro Democrático, afirmó que «Petro destruyó el sueño de los colombianos de tener una vivienda propia».

El debate sobre la burocracia

Uno de los puntos más polémicos gira en torno al crecimiento de la burocracia durante el mandato de Petro. Según la oposición, el Gobierno ha destinado 9,5 billones de pesos adicionales para nómina, recursos que, a su juicio, podrían haberse invertido en proyectos sociales.

El Ministerio de la Igualdad, uno de los nuevos ministerios creados por Petro, ha sido blanco de críticas. Con cinco viceministerios, comparados con los dos o tres de otras carteras, su ejecución presupuestaria apenas alcanza el 2,4% a finales de noviembre.

Petro, sin embargo, ha defendido este aumento, señalando que no se debe a la creación de nuevos empleos públicos, sino al incremento en los salarios nominales como resultado de la inflación en 2022 y 2023. «El gasto de nómina crece en mi administración no porque crezca el empleo público civil, sino porque la ley ordena que el salario mantenga su poder adquisitivo», explicó el mandatario en su cuenta de X.

Las deudas del pasado, el reto del presente

En medio de este escenario, el presidente ha señalado al Gobierno de Iván Duque como responsable de buena parte de los problemas fiscales actuales. Petro ha argumentado que las vigencias futuras comprometidas durante la administración anterior, junto con el subsidio a la gasolina, han dejado un vacío financiero difícil de llenar.

Sin embargo, la oposición considera que el problema radica en las prioridades del actual mandatario. Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático, acusó al Gobierno de privilegiar el crecimiento de la burocracia por encima de la inversión en sectores críticos.

Un futuro incierto

A medida que se acerca el 2025, las decisiones sobre qué recortar y dónde priorizar los recursos se convierten en un desafío monumental para la administración de Petro. Las diferencias entre el oficialismo y la oposición reflejan no solo posturas políticas opuestas, sino también visiones encontradas sobre cómo manejar la crisis económica.

Lo único claro es que el presupuesto de Colombia enfrenta una realidad ineludible: no hay suficiente dinero para cubrir todas las necesidades. Ya sea por las deudas heredadas o por las prioridades del Gobierno actual, el país entra en un periodo de ajustes que pondrá a prueba la capacidad de los líderes políticos para encontrar soluciones que beneficien a la mayoría de los colombianos.

El 2025 será un año clave para definir el rumbo fiscal y social del país, y mientras tanto, en el cierre del 2024, el debate sobre las causas y consecuencias de esta crisis sigue más vivo que nunca.