Por tercera vez, un grupo de congresistas presentó una propuesta de reforma constitucional que busca reducir a la mitad el salario que actualmente perciben los senadores y representantes a la Cámara en Colombia. La iniciativa, que cuenta con el respaldo de 57 legisladores de distintas bancadas, propone un límite de 20 salarios mínimos legales mensuales vigentes para los sueldos de los parlamentarios.

El senador Iván Cepeda, uno de los principales promotores del proyecto, explicó que la reforma apunta a modificar el artículo 187 de la Constitución. «Pasaríamos de ganar aproximadamente 40 salarios mínimos a 20. Es un tope claro, equivalente al 50% de nuestros ingresos actuales, y representa un mensaje importante a la sociedad colombiana sobre la necesidad de austeridad y equidad», declaró Cepeda.

Actualmente, el ingreso mensual de un congresista ronda los 48 millones de pesos, cifra que, de aprobarse la reforma, se reduciría a la mitad antes de aplicar impuestos y otras deducciones. Sin embargo, la propuesta excluye del recorte salarial a los magistrados de las altas cortes, al presidente de la República y a otros altos funcionarios del Estado, lo que, según sus impulsores, facilita la viabilidad del proyecto.

El senador Humberto de la Calle, también firmante de la iniciativa, se mostró optimista sobre las posibilidades de éxito de la propuesta en esta ocasión. «El articulado ha sido cuidadosamente redactado, aprendiendo de los errores de intentos anteriores. La amplia cantidad de firmas refleja un creciente consenso sobre la necesidad de cerrar brechas salariales y fomentar el ahorro público. Esto podría ser una señal favorable para su aprobación», sostuvo De la Calle.

La iniciativa ha sido diseñada para superar las resistencias que impidieron su avance en el pasado, ajustando su alcance exclusivamente al Congreso y dejando intactas las remuneraciones de otras entidades estatales. «Este enfoque más limitado debería disminuir la oposición y facilitar el debate», agregó.

Por su parte, otros legisladores que apoyan la reforma consideran que su aprobación enviaría una señal positiva de compromiso del Congreso con la austeridad fiscal, especialmente en un momento en que el país enfrenta serios desafíos económicos.

A pesar del optimismo, el proyecto enfrenta un camino arduo para convertirse en realidad, ya que requiere superar varios debates en ambas cámaras del Congreso. Sin embargo, el respaldo multipartidista y la presión social podrían ser factores decisivos para que esta vez el resultado sea diferente.