*En el norte de los Estados Unidos, millones de afectados por frío mortal, inundaciones devastadoras y nevadas históricas.
Un vórtice polar ha desencadenado un descenso drástico de las temperaturas en el centro de Estados Unidos, afectando a millones de personas desde el lunes 17 de febrero. La ola de frío extremo, considerada como el décimo y más intenso evento de vórtice polar de la temporada, ha provocado al menos 12 muertes, 11 de ellas en Kentucky, donde las inundaciones han devastado comunidades enteras.
Temperaturas “potencialmente mortales”
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre temperaturas “potencialmente mortales” en amplias zonas del país. En el noreste de Montana, se han registrado temperaturas de hasta -45°C, con sensaciones térmicas que alcanzan los -51°C. En Dakota del Norte, los vientos helados han bajado el termómetro a -45°C, mientras que Dakota del Sur y Minnesota permanecen bajo alertas de frío extremo.
Se espera que el frío intenso continúe desplazándose hacia el este, acompañado de fuertes nevadas que afectarán a las Montañas Rocosas, las llanuras centrales y los estados del Atlántico medio entre el martes y el jueves.
El impacto en Kentucky: Inundaciones y frío extremo
Kentucky ha sido uno de los estados más afectados por el vórtice polar. El gobernador Andy Beshear confirmó el lunes que el número de víctimas mortales por las inundaciones ha aumentado a 11 y advirtió que la cifra podría seguir creciendo. “En muchos sentidos, este es uno de los eventos de inundación más grandes que hemos tenido, en algunas áreas desde 2022, y en otras, uno de los más grandes de la historia”, declaró Beshear en una entrevista con CBS Mornings.
Más de 1.000 personas quedaron atrapadas por las aguas y tuvieron que ser rescatadas en operaciones que continúan activas. La situación se complica aún más por las nevadas previstas para finales de la semana, las cuales podrían dificultar los esfuerzos de respuesta y la reubicación de las personas desplazadas.
“Debemos asegurarnos de que todos los afectados por estas inundaciones tengan un lugar cálido donde refugiarse en los próximos días”, afirmó el gobernador, destacando la urgencia de proporcionar refugios seguros ante las temperaturas gélidas.
En respuesta a la crisis, el presidente Donald Trump aprobó una declaración de desastre para Kentucky, permitiendo a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) coordinar los esfuerzos de ayuda en el estado. La mayoría de las muertes, incluidas las de una madre y su hijo de siete años, ocurrieron cuando vehículos quedaron atrapados en aguas profundas.
Desastres en otros estados del sur y el este
El impacto del vórtice polar no se ha limitado a Kentucky. En Tennessee, algunas áreas recibieron hasta 15 centímetros de lluvia, causando inundaciones significativas. En el condado de Obion, un dique colapsó el sábado, inundando la pequeña comunidad de Rives. El alcalde Steve Carr declaró una emergencia y ordenó evacuaciones obligatorias debido a la falta de electricidad y las temperaturas bajo cero.
En Alabama, un tornado EF1 tocó tierra en el condado de Hale, dañando viviendas móviles y derribando árboles y líneas eléctricas. Aunque no se reportaron heridos, las tormentas dejaron un rastro de destrucción.
Virginia también se ha visto afectada por deslizamientos de tierra que bloquearon carreteras y fuertes vientos que derribaron árboles y postes eléctricos en el condado de Albermarle. La policía de Charlottesville advirtió sobre posibles retrasos en los tiempos de respuesta a emergencias debido al alto volumen de llamadas relacionadas con el clima.
Condiciones peligrosas en el norte y el oeste
El norte del país tampoco ha escapado a los estragos del vórtice polar. En Michigan, las carreteras heladas y nevadas han causado más de 114 accidentes en el área de Detroit desde el sábado. Aunque la mayoría de los incidentes fueron deslizamientos de un solo vehículo, las autoridades han instado a los conductores a extremar precauciones.
En Colorado, ocho personas han muerto en accidentes de tráfico relacionados con el clima desde el 14 de febrero, y tres patrullas estatales fueron impactadas por otros vehículos. Además, se han emitido alertas de avalancha en las Montañas Rocosas, con niveles de peligro particularmente altos en Utah.
Más de 65 millones de personas en Estados Unidos están bajo alertas de frío extremo, con temperaturas récord previstas en ciudades como Minneapolis, donde la sensación térmica podría descender a -41°C. En Dallas y Tulsa, las temperaturas podrían bajar hasta -23°C y -27°C, respectivamente, hacia el miércoles.
Recomendaciones para enfrentar el frío extremo
Ante el frío extremo, el Servicio Meteorológico Nacional y la Cruz Roja han emitido recomendaciones para protegerse de las temperaturas mortales. Se sugiere mantener una temperatura constante en el hogar, abrir las puertas de los gabinetes para permitir la circulación de aire caliente alrededor de las tuberías y dejar correr un hilo de agua en los grifos para evitar que se congelen.
Para quienes deben salir al exterior, se aconseja vestirse en capas, cubrir la cabeza para evitar la pérdida de calor y evitar la sudoración, ya que esta puede reducir la temperatura corporal. Además, es crucial reconocer los signos de frostbite (congelación) e hipotermia, que incluyen piel pálida o grisácea, entumecimiento y confusión.
El frío también puede afectar el funcionamiento de los vehículos. Se recomienda revisar las baterías, utilizar desinfectante en las llaves para descongelar cerraduras y colocar alfombrillas debajo de las ruedas para ganar tracción en caso de quedar atascado.
Un invierno extremo sin precedentes
Este evento de vórtice polar ha sido calificado como el más intenso de la temporada y uno de los peores en años recientes. Las masas de aire ártico, que normalmente permanecen confinadas cerca del Polo Norte, han sido empujadas hacia el sur, afectando tanto a Estados Unidos como a Europa.
A medida que el frío extremo y las tormentas continúan azotando el país, millones de personas enfrentan desafíos sin precedentes. La combinación de temperaturas letales, nevadas históricas e inundaciones devastadoras resalta la magnitud de este fenómeno climático.
Con la llegada de más nevadas y el persistente frío ártico, la prioridad sigue siendo proteger a las comunidades afectadas, garantizar el acceso a refugios cálidos y coordinar los esfuerzos de ayuda para mitigar el impacto de esta crisis climática.