El Gobierno colombiano se prepara para enfrentar el impacto de los aranceles anunciados por el presidente estadounidense, Donald Trump, sin recurrir a medidas de represalia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la imposición de aranceles a las importaciones de productos agrícolas a partir del 2 de abril, en una medida que podría tener un impacto significativo en el sector agrícola colombiano. Aunque los detalles específicos de las medidas aún no han sido confirmados, el ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Luis Carlos Reyes, ha expresado su preocupación sobre las posibles repercusiones para el país.
En un mensaje publicado en su red social, Truth Social, Trump instó a los agricultores estadounidenses a prepararse para aumentar la producción agrícola destinada al mercado interno, indicando que los aranceles se aplicarían a productos externos. Sin embargo, no se proporcionaron detalles sobre los productos específicos que se verían afectados ni sobre posibles excepciones.
Luis Carlos Reyes, en diálogo con Mañanas Blu, señaló que la medida parece ser una acción generalizada dirigida a varios países, no solo a Colombia. No obstante, destacó que productos emblemáticos como el café, las flores y el banano, que constituyen una parte relevante de las exportaciones colombianas a Estados Unidos, podrían verse afectados.
«Históricamente, el 25% de nuestras exportaciones se dirigen hacia Estados Unidos, por lo que una afectación en este mercado tendría un efecto considerable en nuestra economía», añadió Reyes.
El gobierno colombiano ha estado trabajando en mesas de diálogo con industrias exportadoras para prepararse ante potenciales cambios en el comercio. Sin embargo, Reyes aclaró que el gobierno mantiene un respeto estricto por los acuerdos de libre comercio y subrayó la necesidad de explorar nuevas alternativas comerciales en lugar de entrar en una guerra comercial.
«La mejor estrategia es diversificar nuestros mercados», enfatizó Reyes, destacando que la relación comercial entre Colombia y Estados Unidos es compleja, con un superávit comercial que favorece a Estados Unidos. Esta situación podría ser un argumento potencial para negociar excepciones, y Reyes concluyó que la posición de Colombia es buscar un equilibrio a largo plazo donde ambos países puedan beneficiarse de la relación.
La decisión de no responder con aranceles similares refleja el compromiso del gobierno colombiano con la estabilidad económica y la cooperación internacional, priorizando la diversificación y la exploración de nuevos mercados para mitigar el impacto de las medidas proteccionistas de Estados Unidos.