Donald Trump regresó al Congreso de Estados Unidos para pronunciar su primer discurso desde su retorno a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.

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Flanqueado por el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el vicepresidente J.D. Vance, el mandatario expuso su visión de gobierno y proclamó el éxito de su administración en apenas seis semanas.

Hemos conseguido más en 43 días de lo que la mayoría de las administraciones logran en cuatro u ocho años, y no hemos hecho más que comenzar, afirmó Trump en un discurso que rápidamente se tornó en una declaración de intenciones sobre su agenda nacional e internacional.

Entre los puntos más destacados de su intervención, el presidente insistió en su firme intención de anexar Groenlandia a Estados Unidos, alegando razones de seguridad nacional y estabilidad geopolítica. Vamos a conseguir Groenlandia de un modo u otro, enfatizó Trump, asegurando que su gobierno está en conversaciones con todas las partes involucradas para lograr este objetivo.

Trump también abordó su postura sobre la inmigración, la economía y la política exterior con un tono desafiante y con promesas de mano dura. Anunció la declaración de guerra contra los cárteles mexicanos, una medida que ya había insinuado con la reciente inclusión de estos grupos en la lista de organizaciones terroristas extranjeras. Los cárteles están librando una guerra en EE.UU., y es hora de que EE.UU. les declare la guerra, algo que ya estamos haciendo, proclamó ante un Congreso dividido.

Otro de los anuncios más llamativos fue su afirmación de que Estados Unidos recuperará el Canal de Panamá. En un intento por reforzar la presencia estadounidense en la región, Trump acusó a China de haber tomado control de la estratégica vía y prometió revertir esta situación. No se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá, y vamos a recuperarlo, sentenció el mandatario.

En cuanto a las políticas internas, reiteró su cruzada contra la educación en temas de género y solicitó al Congreso la aprobación de una ley que prohíba y criminalice los cambios de sexo en menores de edad. Nuestro mensaje para cada niño en EE.UU. es que ustedes son perfectos exactamente como Dios los creó, afirmó.

Respecto a la guerra en Ucrania, Trump dejó claro su deseo de detener la ayuda militar a Kyiv hasta que el gobierno ucraniano dé señales claras de compromiso con la paz. Su postura generó una fuerte reacción dentro del Congreso, especialmente entre los demócratas. ¿Quieren que siga por otros cinco años? Pareciera que sí, declaró, retomando su característico tono combativo.

El presidente también aprovechó el espacio para agradecer a Elon Musk por su colaboración en la nueva Oficina de Eficiencia Gubernamental, asegurando que la administración está trabajando para reducir el gasto público y combatir la inflación. Gracias, Elon. Está trabajando muy duro. Y él no necesitaba esto, expresó.

Trump cerró su discurso con una promesa de grandeza nacional, asegurando que su gobierno llevará a Estados Unidos a su mejor era. Con un llamado a la unidad y al espíritu de lucha, prometió liderar al país hacia una nueva edad de oro y conquistar nuevas fronteras, incluso en el espacio. Vamos a plantar nuestra bandera en Marte, exclamó, despertando una ovación entre sus partidarios.

Este discurso marca el tono de lo que será su gobierno en los próximos años, con una agenda marcada por el nacionalismo económico, el endurecimiento de la política migratoria y un enfoque agresivo en el escenario internacional. La reacción dentro y fuera del país no se ha hecho esperar, con republicanos entusiastas y demócratas alarmados por el rumbo que podría tomar la nación bajo este segundo mandato de Trump.