Escándalo en Colombia: Mancuso revela presunta connivencia entre paramilitares y el gobierno de Uribe

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Las recientes declaraciones de Salvatore Mancuso han sacudido el panorama político colombiano. Durante su testimonio ante el tribunal, el exjefe paramilitar afirmó que la política de seguridad democrática del expresidente Álvaro Uribe Vélez solo fue efectiva porque las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) operaban en coordinación con el Estado.

«Esos crímenes fueron cometidos por nosotros en las autodefensas, en connivencia con el Estado. Obviamente, si hablamos de crímenes de Estado, estamos hablando del gobierno de ese entonces, del gobierno de la seguridad democrática. Fui enfático al expresarle a esa comisión que la política de seguridad democrática del presidente Uribe funcionó porque nosotros estuvimos detrás de ella», declaró Mancuso.

Las palabras del excomandante de las AUC han causado indignación en diversos sectores políticos y sociales del país. Para muchos, estas afirmaciones refuerzan las denuncias históricas sobre una supuesta alianza entre el paramilitarismo y el gobierno de Uribe, un señalamiento que el expresidente ha negado en repetidas ocasiones.

Uribe responde: «Mancuso miente»

Ante la gravedad de las acusaciones, Álvaro Uribe reaccionó inmediatamente y rechazó las declaraciones de Mancuso. El exmandatario calificó sus palabras como falsas y aseguró que su administración combatió a todos los grupos ilegales, incluyendo a los paramilitares.

«Salvatore Mancuso miente. Mi gobierno siempre luchó contra el crimen y jamás tuvo acuerdos con el paramilitarismo. Estas declaraciones buscan deslegitimar nuestra política de seguridad democrática», expresó Uribe en un comunicado.

El testimonio de Mancuso se suma a una larga serie de investigaciones sobre la relación entre el paramilitarismo y sectores del Estado colombiano. Cabe recordar que Mancuso, quien fue extraditado a Estados Unidos en 2008 por narcotráfico, ha colaborado con la justicia y ha brindado información sobre la operación de las AUC y sus vínculos con políticos, empresarios y miembros de las fuerzas armadas.

Por otro lado, el gobierno del presidente Gustavo Petro ha tomado una postura distinta frente a los exparamilitares, nombrando a varios de ellos como gestores de paz en el marco de su política de «paz total». Esta decisión ha generado fuertes críticas, especialmente de sectores afines al uribismo, que ven con preocupación la legitimación de figuras que en el pasado participaron en graves crímenes.

¿Qué sigue ahora?

Las declaraciones de Mancuso podrían dar un nuevo giro a las investigaciones sobre el papel del Estado en el conflicto armado colombiano. Se espera que la justicia avance en el esclarecimiento de estos hechos y determine si existen responsabilidades legales en las acusaciones contra el expresidente Uribe y otros exfuncionarios de su gobierno.

Lo cierto es que este testimonio reabre una de las heridas más profundas de la historia reciente de Colombia, en un país que sigue buscando la verdad y la reconciliación.