La expulsión de Nicolás Arévalo cambió el partido: un triunfo clave en la Liga.
Millonarios lo celebró mucho al final. Fue un triunfo clave contra Tolima, uno de los rivales directos, en el papel, para pelear la Liga. Pero lo tuvo que trabajar mucho, lo sufrió bastante. Al final, un juego que pudo haber acabado mal lo acabó resolviendo en un contragolpe, para imponerse 2-0 este domingo en El Campín.
Tal como lo hizo su rival del miércoles en la Sudamericana, Once Caldas, Millonarios le dio prioridad al torneo internacional: el técnico David González guardó gran parte de la que, en teoría, es la formación titular.
El gol de Jáder Valencia para abrir el marcador contra Tolima
Y con la alterna, Millos encontró rápido la ventaja, gracias a un gol de Jáder Valencia, que remató de zurda dentro del área luego de una gran habilitación de Daniel Ruiz. En ocho minutos, el juego parecía tranquilo para los locales.
Tolima no inquietó en la primera etapa. Le faltó guía en la mitad, tuvo mucho tiempo la pelota, pero la única fórmula para hacer daño era pegarle desde lejos. Y así exigió un par de veces al portero Álvaro Montero.
La expulsión de Arévalo cambió el partido
Mientras el visitante parecía repetir la pesadilla de Arequipa, donde quedó afuera de la Libertadores tras perder con Melgar, en Millonarios había tranquilidad. Hasta que llegó una acción que cambió por completo el partido. Nicolás Arévalo, que reemplazaba más que correctamente a Stiven Vega, le metió una plancha a Gonzalo Lencina que no solamente era tarjeta roja, sino posibilidad de cárcel. El juez Diego Ulloa ni siquiera tuvo que apelar al VAR para expulsarlo.
Iban 10 minutos del segundo tiempo y González tuvo que rearmar la zona de marca metiendo a Vega. El sacrificado fue Daniel Ruiz, el primero que se dio cuenta de que la jugada de Arévalo daba para expulsión.
A partir de la roja, Tolima se le fue encima a Millonarios, que terminó encerrado en su área, con la única fórmula de tirar un balón largo para ver si Valencia o Jhon Córdoba podían hacer algo.
Andrés Llinás comenzó a rechazar como pudo y cuando pudo y así sostuvo la estructura. Montero fue héroe con un atajadón, pero también casi regala un gol por salir alocadamente lejos de su área. Pero Tolima, más allá de eso, no creó mayor peligro.
Con cerca de 20 minutos por delante, González renunció prácticamente a atacar: metió otro defensa central, Juan Pablo Vargas, y otro volante de marca, Félix Charrupí, y sacrificó a Giordana y a Valencia. Fue una línea de cinco y una de cuatro, dos muros para tratar de salvar la victoria.
El remedio fue peor: cada centro que Tolima tiraba al área era peligro en el área azul. Gustavo Adrián Ramírez se comió un gol hecho anticipando a Jorge Arias.
Pero cuando parecía que caía el empate del Tolima, llegó el segundo de Millonarios, a los 89, luego de un saque largo de Montero. Ánderson Angulo dejó picar mal la pelota y Jhon Córdoba se la ganó para definir con un toque suave por encima de Cristopher Fiermarín: un 2-0 que, como se dio el partido, no estaba en los planes de nadie…
González sacó a Córdoba para el aplauso. También debió sacar a Montero, que fue clave para salvar a un Millonarios que pasó de una tarde tranquila a un enorme sufrimiento, y luego a una victoria clave.
