Residentes y autoridades enfrentan las consecuencias de un poderoso sismo de magnitud 7,7 en la región asiática
Un fuerte terremoto de magnitud 7,7 ha estremecido este viernes Birmania y Tailandia, dejando a su paso escenas de evacuación y destrucción. El epicentro, localizado cerca de Mandalay, la segunda ciudad birmana, despertó preocupaciones por los daños en infraestructuras icónicas como el histórico Palacio de Mandalay y el puente de Sagaing. Testigos relatan momentos de pánico en Yagón, donde trabajadores huyeron en medio de paredes agrietadas y techos derrumbados.
Los efectos del sismo trascendieron fronteras, llegando a Tailandia, donde un edificio en construcción colapsó en Bangkok, atrapando a decenas de trabajadores. Con servicios de transporte suspendidos y réplicas potenciales en alerta, las autoridades locales enfrentan el desafío de garantizar la seguridad mientras los residentes intentan superar el temor y evaluar los daños.
Esta región vulnerable, debido a su ubicación tectónica y a infraestructuras insuficientes, vuelve a estar en el ojo del huracán. La magnitud del desastre pone en evidencia la necesidad de medidas preventivas más robustas para mitigar los impactos de futuros eventos sísmicos.