El sismo más grave del siglo en el país deja miles de heridos y sacude a la región con impacto en Tailandia y China.
Birmania (Myanmar) enfrenta una de las peores tragedias de su historia reciente tras el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió el centro-norte del país este viernes. Según el último informe de la junta militar, el fenómeno ha dejado hasta ahora 1.002 muertos y cerca de 2.400 heridos, consolidándose como el sismo más destructivo registrado en el país en lo que va del siglo.
El epicentro se localizó a tan solo 10 kilómetros de profundidad, cerca de Mandalay, la segunda ciudad más poblada con 1,2 millones de habitantes. La fuerza del temblor se sintió incluso a más de 600 kilómetros en Bangkok, capital de Tailandia, donde se reportaron 10 fallecidos y 16 heridos, así como en la provincia china de Yunnan, donde los daños fueron menores.
El terremoto fue seguido por varias réplicas, incluyendo una de magnitud 6,4, lo que agravó aún más la situación en las regiones afectadas. Infraestructuras clave, como edificios, puentes y telecomunicaciones, sufrieron daños severos. En Mandalay, un monasterio colapsó, dejando a 20 niños atrapados entre los escombros. Además, vastas zonas quedaron sin electricidad, obstaculizando los esfuerzos de rescate.
En Tailandia, el colapso de tres edificios en construcción ha dejado más de 100 desaparecidos, mientras que en China, aunque el impacto fue menor, dos personas resultaron heridas.
Este desastre natural no solo ha puesto de relieve las vulnerabilidades de la infraestructura en Birmania, sino que también ha afectado a comunidades ya golpeadas por conflictos internos y la crisis derivada del golpe de Estado de 2021. La respuesta internacional será crucial para atender las necesidades inmediatas de los afectados y apoyar la reconstrucción de las zonas devastadas.