Barranquilla refuerza la vacunación gratuita y la educación preventiva en medio del aumento de brotes en Colombia
Barranquilla redobla esfuerzos para proteger a su población y a los viajeros, en respuesta al resurgimiento de brotes de fiebre amarilla en diversas regiones de Colombia. Aunque la ciudad no ha sido declarada zona de riesgo, las autoridades han activado una campaña intensiva de vacunación gratuita como medida preventiva clave. La enfermedad, transmitida por mosquitos infectados del género Aedes y Haemogogus, puede resultar letal en casos graves, lo que ha llevado a priorizar la inmunización como estrategia sanitaria esencial.
Los puntos de vacunación habilitados por la Secretaría Distrital de Salud, como los PASO, CAMINO e IPS autorizadas, ofrecen acceso gratuito a la dosis única que brinda inmunidad de por vida. Estas acciones están dirigidas especialmente a quienes viajan a departamentos con brotes activos, como el Tolima, y a zonas selváticas del país.
El virus de la fiebre amarilla presenta síntomas iniciales como fiebre, cefalea, náuseas y dolores musculares, pero en su etapa avanzada puede derivar en complicaciones graves, como hemorragias internas e ictericia. Por ello, las autoridades insisten en que la prevención no depende únicamente de la vacuna, sino también de prácticas de autocuidado, como el uso de repelentes, ropa adecuada, mallas antiinsectos y toldillos.
Además, se ha reforzado la expedición del carné de vacunación internacional en la Oficina de Salud Pública de Barranquilla, ubicado en la carrera 41 con calle 54. Este documento, requerido en numerosos países, certifica la inmunización contra la fiebre amarilla, facilitando el tránsito internacional de los barranquilleros.
La campaña ha tenido una acogida positiva entre la población, aunque persiste la necesidad de ampliar la pedagogía sobre el autocuidado y la importancia de las medidas preventivas. En un contexto marcado por el aumento de lluvias que favorecen la proliferación de mosquitos, las autoridades subrayan la importancia de no bajar la guardia.
En el panorama regional, la fiebre amarilla simboliza un desafío que solo puede ser enfrentado mediante la colaboración de ciudadanos, autoridades y entidades de salud. Barranquilla, anticipándose al posible impacto del virus, continúa reforzando su estrategia de prevención para proteger a la comunidad y evitar la expansión de esta enfermedad.