Bogotá, 17 de mayo de 2025 – Han pasado 12 años desde que Luis Carlos Restrepo, excomisionado de Paz, tuvo que abandonar su país, su vida, su familia. Hoy, la justicia colombiana lo reivindica: es inocente. Pero la pregunta que queda resonando es inevitable: ¿quién le devuelve los años perdidos?
La sentencia del Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Bogotá, emitida este 16 de mayo, no solo lo exoneró de los cargos que lo mantuvieron lejos, sino que también desmoronó un caso que, desde su origen, estuvo marcado por la controversia política. Restrepo nunca debió haber sido tratado como un fugitivo. Nunca debió cargar con la sombra de una acusación que el tiempo terminó desmontando.
El exilio, el olvido y el peso de una acusación
Detrás de los titulares y los discursos políticos, hay una historia humana que merece ser contada: la de un hombre obligado a partir sin certezas de regreso. Un profesional que había servido al país y que, de un momento a otro, se convirtió en el blanco de una tormenta judicial. ¿Cómo se reconstruye una vida luego de una década en el exilio?
Ayer, al conocerse el fallo, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien fue su mentor político, dejó ver la indignación contenida:
«Qué dolor, tantos años expatriado por esta injusticia…»
El tono de Uribe revela una verdad que va más allá de un expediente cerrado: hay heridas que la justicia no borra. 12 años lejos de casa, de su tierra, de su gente. ¿Cuántos momentos quedaron en el aire? ¿Cuántas noches de incertidumbre?
Más allá del fallo: un debate abierto
La absolución de Restrepo no solo marca el cierre de un proceso judicial, sino que abre nuevamente la discusión sobre la politización de la justicia en Colombia. ¿Cuántas veces se ha utilizado el sistema judicial como arma para castigar enemigos políticos?
Mientras las reacciones se multiplican, figuras como el expresidente Iván Duque y la periodista Vicky Dávila han celebrado el fallo como una reivindicación de la verdad.
«Su inocencia ha prevalecido después de tanta infamia», escribió Duque.
Pero la verdad, en Colombia, no solo se disputa en tribunales. También se libra en la opinión pública, en la historia que cada quien decide contar.
Hoy, el nombre de Luis Carlos Restrepo vuelve a ser asociado con la justicia. Pero la pregunta sigue latente: ¿cuántos más han vivido un exilio sin merecerlo? ¿Cuántas historias esperan una absolución que nunca llega?