El avión presidencial en medio de un polémico regalo que redefine el transporte de la Casa Blanca
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está a punto de aceptar un Boeing 747-800 como regalo de la familia real catarí, un gesto que podría transformar el concepto de Air Force One. La revelación se espera que ocurra en el marco de su próxima visita oficial a Arabia Saudí, Catar y Emiratos Árabes Unidos.
Un avión digno de un jefe de Estado
El jet, apodado como un «palacio volador», es una de las aeronaves más lujosas del mundo. Trump habría quedado impresionado por su diseño cuando la vio estacionada en el Aeropuerto Internacional de West Palm Beach en febrero.
De acuerdo con ABC News, la Casa Blanca y el Departamento de Justicia han elaborado un informe legal confirmando que la entrega del avión no infringe las restricciones constitucionales sobre regalos de gobiernos extranjeros.
Controversia sobre la legalidad del regalo
El precio de un Boeing 747-800 nuevo ronda los 400 millones de dólares, pero el modelo que Trump recibiría tiene aproximadamente una década de antigüedad. La decisión de aceptar la aeronave genera debate sobre el papel de los regalos diplomáticos en la política estadounidense.
La Constitución prohíbe a los funcionarios aceptar regalos de Estados extranjeros sin la aprobación del Congreso, pero según fuentes cercanas a la administración, la transferencia del avión sería gestionada por el Departamento de Defensa, evitando una posible violación legal.
Impacto en la flota presidencial
Durante su primer mandato, Trump ordenó un contrato de 3.900 millones de dólares para la construcción de dos Boeing 747-8 como los nuevos Air Force One, aunque el proyecto acumula cinco años de retraso.
El avión de Catar podría ser una solución inmediata para la flota presidencial, aunque los críticos ven en la propuesta un gesto simbólico con implicaciones políticas y diplomáticas.
Conclusión
La entrega del Boeing 747-800 a Trump podría marcar un cambio en la historia de Air Force One, mientras su administración se enfrenta a cuestionamientos legales y políticos. A medida que la noticia se oficialice, el debate sobre la influencia de regalos diplomáticos en la Casa Blanca seguirá en el aire.
