En su primer día en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su intención de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá a partir del 1 de febrero. Esta medida, según declaró desde Washington, responde a la falta de acción de ambos países para frenar la migración irregular y el tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense.
Aunque el mandatario no firmó una orden ejecutiva oficial al respecto, dejó abierta la posibilidad de restringir el comercio con sus vecinos, a pesar de la vigencia del Tratado de Libre Comercio entre las tres naciones. “Estamos pensando en términos del 25% a México y Canadá, pues están permitiendo (el ingreso) de un enorme número de personas. Canadá también abusa fuertemente, grandes cantidades de gente viniendo, y de fentanilo llegando”, declaró Trump.
Un paso más hacia el proteccionismo
El discurso inaugural de Trump en el Capitolio reafirmó su enfoque proteccionista, destacando que los aranceles son una herramienta clave para fortalecer la economía estadounidense. “En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, impondré aranceles a los países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”, afirmó.
Durante su campaña electoral, Trump ya había planteado imponer aranceles del 25% a Canadá y México, un 60% a las importaciones de China y entre un 10% y un 20% a productos de otras regiones, incluida la Unión Europea. Estas propuestas han generado preocupación entre economistas y empresarios, quienes advierten sobre los posibles efectos adversos en el comercio global y en los consumidores estadounidenses.
Además, el mandatario anunció la creación de un “Servicio de Ingresos Externos” para gestionar los aranceles provenientes de las importaciones. Sin embargo, los detalles sobre la función específica de este organismo no fueron aclarados, considerando que Estados Unidos ya cuenta con un servicio aduanero encargado de estas tareas.
Dudas y resistencias internas
Aunque Trump ha sido un defensor consistente de los aranceles como herramienta económica, su plan enfrenta resistencia dentro de su propio equipo. Según informó la cadena CNN, algunos asesores cercanos estarían intentando persuadirlo para limitar el alcance de estas medidas, advirtiendo sobre su potencial impacto negativo en la economía nacional.
Expertos señalan que la imposición de aranceles podría encarecer productos para los consumidores estadounidenses y afectar a empresas que dependen de insumos importados. Pese a estas preocupaciones, Trump reiteró su compromiso con una política comercial que priorice los intereses de los trabajadores estadounidenses frente a lo que considera prácticas desleales de otros países.
Con esta postura, el presidente inicia su mandato reafirmando una de las promesas centrales de su campaña: fortalecer la economía nacional mediante medidas proteccionistas, aunque el impacto a largo plazo de estas decisiones está por verse.