En una serie de publicaciones realizadas este miércoles 22 de enero, el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez señaló al gobierno de Nicolás Maduro, al que calificó de “tiranía”, como el principal responsable de las masacres ocurridas recientemente en la región del Catatumbo. Uribe afirmó que dicha “tiranía” habría ordenado al Ejército de Liberación Nacional (ELN) ejecutar estas acciones violentas, que han dejado un saldo de al menos 80 muertos y 32 mil personas desplazadas en la última semana.
A través de sus redes sociales, el líder del Centro Democrático denunció una presunta colaboración entre el régimen venezolano y grupos armados ilegales colombianos. Estas acusaciones se suman a las declaraciones realizadas por Uribe el pasado 19 de enero, cuando aseguró que el gobierno de Maduro era un “apoyo a la violencia en Colombia” y que la crisis humanitaria en el Catatumbo estaba “vinculada con la tiranía de Venezuela”.
Relaciones cuestionadas entre Venezuela y grupos armados
El expresidente también culpó a la administración de Juan Manuel Santos de haber permitido la injerencia del régimen venezolano en los asuntos internos de Colombia. Según Uribe, Santos, a quien describe como “beneficiario y aliado” del presidente Gustavo Petro, habría violado los acuerdos previos y aceptado imposiciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) con el respaldo de Maduro.
“Santos, beneficiario y socio del presidente Petro, violó las líneas rojas que prometió y aceptó las imposiciones de Farc con la mediación de su tiranía protectora”, afirmó Uribe. Asimismo, sostuvo que el régimen venezolano, al que acusa de proteger grupos terroristas, ha sido un obstáculo para lograr la paz en Colombia. “La tiranía ha sido destructora de cualquier posibilidad de paz, contrariando las expectativas de quienes confiaron en que su intervención frenaría la violencia”, añadió.
Señalamientos históricos
Uribe también se refirió a las constantes acusaciones del gobierno de Venezuela sobre supuestas conexiones del expresidente colombiano con grupos paramilitares. En este contexto, recordó el asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson, un caso que, según el régimen de Maduro, fue perpetrado por paramilitares vinculados a Uribe. “Desde antes de iniciar la Presidencia, me acusaron de estar vinculado con paramilitares. La tiranía asesinó al fiscal Danilo Anderson y dijo que eran los paramilitares de Uribe”, sostuvo el exmandatario.
En una de sus publicaciones, Uribe ironizó sobre el papel de las autoridades venezolanas al señalar: “Entonces habrá que ‘agradecer’ a la tiranía. Ya uno de los tiranos anunció que otro, él del mazo, ordenó parar las masacres, las que ellos mismos ejecutaron con sus pupilos del ELN”.
Llamado a la comunidad internacional
El exmandatario instó a las Naciones Unidas a asumir un papel más activo frente a la situación en Venezuela, destacando que el derecho a la protección también es una obligación del organismo internacional. Aunque reconoció los esfuerzos de la ONU en la ayuda a los refugiados venezolanos, criticó la falta de acción para abordar la crisis desde su origen.
“Naciones Unidas no ha sido capaz de dar un paso hacia una tarea realmente eficaz en Venezuela. El pueblo, solo, no puede. La protesta popular recurrente ha sido judicializada; sus participantes han sido llevados a la cárcel y reprimidos”, destacó Uribe. Comparó la situación con la caída de las dictaduras comunistas en Europa del Este, afirmando que dichas dictaduras ya no contaban con el respaldo del Ejército soviético.
Una región en crisis
El Catatumbo, una región fronteriza con Venezuela, ha sido escenario de intensos enfrentamientos entre el ELN y una disidencia de las Farc. Este conflicto ha exacerbado la crisis humanitaria, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares. Mientras tanto, las acusaciones de Uribe subrayan la complejidad del problema y la supuesta influencia extranjera en la violencia que azota a Colombia.
Con estas declaraciones, Uribe busca mantener la atención sobre el papel del régimen venezolano en el conflicto colombiano, al tiempo que critica las políticas de las administraciones actuales y pasadas en el manejo de las relaciones con Venezuela. Sin embargo, sus afirmaciones también generan controversia, avivando el debate sobre las causas y posibles soluciones a la violencia en el país.