El Kremlin ha expresado su satisfacción con la postura adoptada por Estados Unidos en las Naciones Unidas, calificándola de «equilibrada», después de que Washington votara junto a Rusia en dos resoluciones relacionadas con el conflicto en Ucrania.
En un giro significativo, Estados Unidos apoyó a Rusia en dos votaciones celebradas el lunes 24 de febrero de 2025 en Nueva York, lo que marca un cambio notable en la política exterior del presidente estadounidense Donald Trump respecto a Ucrania.
«Estados Unidos está adoptando una posición mucho más equilibrada que realmente apunta a tratar de resolver el conflicto de Ucrania. Lo acogemos con satisfacción», declaró a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Peskov también criticó a los líderes europeos, afirmando que sus comentarios «no indican equilibrio», y sugirió que, a través de los contactos entre europeos y estadounidenses, Europa podría inclinarse hacia una postura más equilibrada.
En el tercer aniversario de la ofensiva rusa en Ucrania, Washington y Moscú se alinearon en dos votaciones en la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU. Un texto respaldado por Europa obtuvo 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones en la Asamblea General. Estados Unidos votó en contra del texto, alineándose con Rusia y sus aliados Bielorrusia, Corea del Norte y Sudán.
La resolución europea, que recibió menos apoyo que en ocasiones anteriores, criticaba duramente a Rusia y subrayaba la integridad territorial de Ucrania y la inviolabilidad de sus fronteras.
En medio de una creciente disputa entre Trump y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, Estados Unidos presentó una resolución rival. Sin embargo, los aliados europeos de Ucrania lograron reformular en gran medida el texto estadounidense para incluir que Rusia había llevado a cabo la «invasión a gran escala de Ucrania», lo que llevó a Washington a no votar a favor de su propio texto.
A pesar de esto, Estados Unidos presentó nuevamente su texto original sin cambios en el Consejo de Seguridad, donde fue aprobado con 10 votos a favor y cinco abstenciones, incluyendo las de Francia, Gran Bretaña, Dinamarca, Grecia y Eslovenia.
