Colombia firma su entrada a la Ruta de la Seda y cruza el umbral de la esfera China

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El memorando de entendimiento se concreta en una jugada que reconfigura alianzas estratégicas.

Las tensiones en el tablero geopolítico latinoamericano alcanzan un nuevo punto de inflexión. Colombia, tradicionalmente alineada con Estados Unidos, sella hoy su entrada a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el ambicioso programa de cooperación internacional de China. El memorando de entendimiento será firmado por el presidente Gustavo Petro en presencia de Xi Jinping, en un gesto que redefine relaciones y despierta interrogantes sobre el futuro diplomático del país.

La firma del documento llega tras un proceso de negociación marcado por la distancia entre el Ministerio de Comercio y la Cancillería. Versiones contradictorias del memorando han generado roces con el gobierno chino, que observa con cautela los últimos cambios realizados a escasas horas del acuerdo. Mientras tanto, en Washington, la noticia se recibe con escepticismo, reflejado en comentarios irónicos sobre el impacto de la alianza en el comercio regional.

El memorando no solo abre puertas en infraestructura, sino que expande la cooperación hacia el intercambio tecnológico y la reindustrialización, resonando con los ejes del Plan Nacional de Desarrollo colombiano. Sin embargo, el acercamiento a China trae consigo desafíos, especialmente en áreas como el manejo de datos empresariales y la integración financiera con el bloque BRICS, cuyos movimientos han generado reacciones en Occidente.

Con un balance comercial claramente desequilibrado—más de 15.900 millones de dólares en importaciones desde China frente a apenas 2.300 millones en exportaciones—el acuerdo promete buscar mecanismos de equilibrio. En la práctica, once áreas clave serán abordadas, desde conectividad en infraestructura hasta cooperación en salud, ciencia y tecnología, con la promesa de desarrollar programas de capacitación y transferencia tecnológica.

Aunque el memorando no implica compromisos presupuestarios inmediatos ni obligaciones jurídicas, su firma marca el inicio de una nueva fase para Colombia en la escena global. Con reuniones ya agendadas con Huawei y China Harbor, y un encuentro clave con Dilma Rousseff en el Banco de los BRICS, el gobierno Petro perfila su estrategia económica con una orientación diferente.

Hoy, Colombia cruza un umbral estratégico. Las implicaciones aún están por verse.