Israel lanza la operación “Carros de Gedeón” y desata una nueva escalada militar en Gaza

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El Ejército israelí busca el control total del enclave y presiona el desplazamiento civil al sur

 

En una nueva fase del conflicto que ya ha sumido a la Franja de Gaza en el caos y la devastación, el gobierno de Israel activó su mayor ofensiva militar desde el inicio de la guerra contra Hamas: la operación “Carros de Gedeón”. Según el último comunicado emitido por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el plan contempla un asalto integral sobre todo el territorio gazatí, con el propósito declarado de erradicar completamente la infraestructura del grupo islamista y liberar a los rehenes aún en poder de sus células.

La ofensiva, iniciada en la madrugada del viernes, ha sido descrita como una maniobra “de expansión total” que combina fuerzas terrestres, aéreas y navales para tomar posiciones estratégicas, desarticular redes subterráneas y cortar las líneas de financiación del enemigo. El Ejército confirmó que en las últimas 24 horas se han bombardeado más de 150 objetivos considerados “terroristas”, incluyendo puestos de mando, almacenes de armamento, túneles y escuadrones móviles.

“Esta operación marca un punto de inflexión en la guerra”, señaló un portavoz militar israelí. “No cesaremos hasta alcanzar la derrota total de Hamas”.

Aunque Israel asegura que la ofensiva está orientada también a la protección de sus ciudadanos, la intensidad de los ataques y las acciones de avance territorial han generado un nuevo movimiento masivo de desplazados dentro de Gaza. Miles de familias palestinas han comenzado a migrar hacia el sur, en condiciones humanitarias alarmantes, mientras el acceso a alimentos, agua y medicinas sigue restringido por el bloqueo.

Un punto clave en esta estrategia es impedir que Hamas tenga acceso a la ayuda humanitaria, la cual, según fuentes diplomáticas, podría ser restablecida en los próximos días gracias a un acuerdo preliminar entre Washington y la Fundación Humanitaria de Gaza. Sin embargo, aún no hay una autorización formal de Israel para facilitar la entrega.

En paralelo a la ofensiva militar, el aparato de inteligencia israelí ha reforzado sus operaciones. Esta semana, el Shin Bet y el Ministerio de Defensa confirmaron la eliminación de Jasser Hussein Ali Shamieh, presunto cerebro financiero de Hamas y responsable de transferencias millonarias para sostener la estructura militar del grupo. Su neutralización representa, según las autoridades, un golpe “clave” en la red internacional de financiación de la organización.

Mientras tanto, las reacciones internacionales no se han hecho esperar. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, expresó su preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en Gaza y urgió al gobierno de Benjamin Netanyahu a permitir la distribución de ayuda por parte de ONGs en los próximos 90 días. No obstante, la propuesta recibió escaso apoyo diplomático y fue rechazada por la ONU, al considerarla contraria a los principios de imparcialidad y neutralidad que rigen las misiones humanitarias.

Desde las calles bombardeadas de Gaza hasta las salas de reuniones en Tel Aviv, el conflicto parece adentrarse en un terreno cada vez más sombrío. Con cada día que pasa, el margen para la diplomacia se estrecha, y la operación “Carros de Gedeón” ya promete ser más que un capítulo: un giro decisivo en una guerra sin final claro.