El lujoso negocio de la familia de Lyan Hortúa que atrae a futbolistas colombianos

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El secuestro de Lyan Hortúa, el niño de 11 años que estuvo en cautiverio durante 18 días, sigue generando repercusiones en Colombia. Más allá del impacto del crimen, la atención se ha centrado en la familia del menor y su vínculo con un negocio exclusivo que ha captado la atención de figuras del fútbol colombiano.

Una joyería con clientes famosos
El padrastro de Lyan, Jorsuar Suárez, es propietario de una reconocida joyería en Cali, un negocio que ha sido descrito como exclusivo y de alto nivel. Entre sus clientes destacan futbolistas como Jhon Jáder Durán, Teófilo Gutiérrez y Marino Hinestroza, quienes han adquirido piezas de lujo en el establecimiento.

Las redes sociales han sido clave en la difusión de este negocio, especialmente después de que Suárez apareciera en un video mostrando fajos de billetes, lo que generó cuestionamientos sobre el origen de los fondos utilizados para pagar el rescate de Lyan.

Polémica y cuestionamientos
El video de Suárez exhibiendo grandes sumas de dinero ha generado críticas, especialmente porque en varias ocasiones la familia aseguró que no tenía recursos suficientes para pagar el rescate. Esto ha llevado a especulaciones sobre la actividad económica de la familia y su relación con el mundo del lujo.

Además, el comunicado publicado en la cuenta de Instagram del negocio, Jorsuar Joyeros, enfatiza que la empresa fue fundada hace más de 12 años y que ha sido construida con esfuerzo familiar y dedicación. Sin embargo, la controversia sigue creciendo, especialmente por las conexiones con figuras públicas y la cantidad de dinero involucrada en el caso.

El impacto en la opinión pública
El caso de Lyan Hortúa ha puesto en el centro del debate la seguridad en Colombia y la influencia del crimen organizado en la vida cotidiana. Mientras la familia intenta defender su negocio, la sociedad sigue cuestionando los detalles detrás del secuestro y el pago del rescate.

Por ahora, la joyería sigue operando y manteniendo su clientela exclusiva, pero la polémica en redes sociales no parece disminuir. La historia de Lyan y su familia sigue siendo tema de conversación en el país, con interrogantes que aún no tienen respuesta.