Por José David Name
Pañitos de agua tibia que están lejos de disipar la fuerte calentura que ahoga la Costa Atlántica por las altas tarifas de energía, fueron los que colocó el Gobierno Nacional la semana pasada en la reunión con los congresistas de la bancada Caribe. Con soluciones de mediano y largo plazo, el Gobierno sorteó el problema de la crítica situación energética de esta región del país, una de las piedras en el zapato que no se ha podido quitar.
La insatisfacción del Caribe radica en que las soluciones anunciadas no conducen a bajar el precio de la energía en los próximos meses. En conclusión, se seguirá en las mismas por un tiempo más, con la agravante que estamos en medio de un Fenómeno de El Niño que en menos de lo que canta un gallo va a impactar los recibos de energía, debido a la alta exposición en bolsa que tienen los usuarios de la región, quienes son objeto de aumentos injustos y desproporcionados.
Si los buenos momentos, con máximos históricos, en los embalses en el país, no se han traducido en reducciones en las tarifas de los usuarios, quienes a pesar de la abundancia hídrica, continuaron pagando elevados montos en las facturas de energía: ¿Qué se puede esperar durante esta temporada de sequía?
Este panorama se agudiza con la crisis financiera de las empresas distribuidoras, por la billonaria deuda que tiene el Gobierno Nacional por concepto de opción tarifaria, que amenaza con recrudecer debido a que no se ha cumplido con el desembolso total del crédito de 2 billones de pesos de Findeter con el que se buscaba diferir en cuotas el pago de obligaciones con las generadoras. Una medida que, además de insuficiente, no se ha hecho efectiva en su totalidad.
Tampoco hay que olvidar que en la Costa fue establecido un régimen tarifario especial que ha creado un hueco en el bolsillo de los usuarios. Aunque el Gobierno ha reconocido lo injustificable que resulta, que los usuarios de la Costa Caribe tengan que pagar por el robo de energía y por la deteriorada infraestructura del sistema de distribución, sigue sin dar una solución a este régimen especial transitorio.
Los intentos del Gobierno por lograr una disminución en el precio del kilovatio han sido infructuosos y opacados por la negligencia demostrada en temas cruciales como la elección de los comisionados de la Creg. En medio de todo, la Costa Atlántica exige alivios reales que contribuyan a mitigar las altas tarifas de energía, no soportan un nuevo incremento en sus recibos.
Ante este escenario, hemos pedido al Gobierno que entregue soluciones inmediatas, metiéndose la mano en el bolsillo y pagando la millonaria deuda que tiene con las empresas comercializadoras por concepto de opción tarifaria. También, que realice las inversiones en infraestructura, que actualmente recaen en los usuarios y elimine el injusto pago por concepto por pérdidas no técnicas de energía que está afectando a los más de 11 millones de usuarios del Caribe. Se requiere de una hoja de ruta que plantee las acciones necesarias a corto plazo para atender la situación que viven los diferentes departamentos de la Costa Caribe.