Cassie Ventura describe una relación marcada por abusos, drogas y manipulación psicológica.
El juicio federal contra Sean «Diddy» Combs entró en una fase crucial con los testimonios de Cassie Ventura, la artista que compartió años de relación con el magnate de la música. En la segunda jornada de audiencias, la cantante rompió en llanto mientras relataba episodios de maltrato físico y psicológico, dejando en evidencia una relación asfixiante dominada por el control, el miedo y la sumisión forzada.
Ventura, considerada testigo clave en la acusación, reveló detalles inquietantes sobre un mundo de excesos detrás del escenario. Relató la existencia de los denominados «Freak Offs», encuentros organizados donde el abuso y las sustancias ilícitas se entremezclaban en prácticas degradantes. La artista aseguró que estos episodios formaban parte de un ciclo del que no podía escapar.
Uno de los momentos más perturbadores de la declaración fue la mención de un rígido control por parte de Combs sobre su vida privada y pública. Desde restricciones en su comunicación hasta imposiciones en su apariencia y comportamiento, Ventura describió una dinámica de manipulación que la llevó a perder la confianza en sí misma. «Todo estaba diseñado para que no pudiera decidir por mí misma», aseguró frente al jurado.
En el contrainterrogatorio, la defensa del productor intentó desacreditar su testimonio, sugiriendo que algunas situaciones fueron consensuadas. Sin embargo, la cantante mantuvo su versión de los hechos, enfatizando que en ningún momento tuvo libertad para actuar con autonomía.
Mientras el juez evalúa la posible inclusión de nuevas pruebas audiovisuales en el proceso, la expectativa sobre el desenlace del caso crece. Con Combs declarando su inocencia, el juicio promete seguir revelando las complejas dinámicas de poder y abuso en la industria del entretenimiento.
