*A los 60 años, Ralph Fiennes redefine los límites físicos y emocionales para interpretar al legendario Odiseo, en una versión de La Odisea que despoja la historia de su misticismo y la enfrenta a la crudeza de la realidad.
La imagen de Ralph Fiennes como Odiseo es impactante. Su cuerpo, marcado por los años y el esfuerzo, se presenta como la prueba de una transformación que va más allá de lo físico. En The Return, dirigida por Uberto Pasolini, Fiennes encarna al héroe clásico desde una perspectiva radicalmente humana: un hombre desgastado por el tiempo, por la guerra, por la ausencia.
Lejos del ideal de un guerrero esculpido en el bronce de la mitología, el Odiseo de Fiennes es el reflejo de la supervivencia. Con una rigurosa disciplina física y una dieta estricta, el actor británico construyó una presencia que no solo luce auténtica, sino que también transmite el desgaste psicológico de su personaje.
El proceso de entrenamiento, llevado a cabo por Dan Avasilcai, no buscaba crear un físico hipertrofiado, sino esculpir a un hombre que ha luchado contra los elementos y contra sí mismo. Semanas de resistencia, control nutricional y eliminación de excesos ayudaron a Fiennes a convertirse en una figura que emana historia, más que fuerza.
The Return reimagina los últimos capítulos de La Odisea desde un enfoque puramente humano, eliminando los dioses, los monstruos y lo sobrenatural. En esta versión, Odiseo regresa no solo como un héroe, sino como un hombre que carga el peso de sus decisiones y del tiempo transcurrido.
El guion, escrito por Edward Bond y John Collee, se apoya en testimonios de veteranos de guerra para darle a la historia un tono que vibra entre el dolor y la introspección. Cada palabra que pronuncia Fiennes en su papel parece arrastrar las heridas de un pasado que nunca ha cicatrizado.
El director, Uberto Pasolini, planteó un desafío único: capturar la esencia de un hombre marcado por la batalla sin recurrir a lo espectacular. Y en Fiennes encontró al actor dispuesto a recorrer ese camino.
En cada imagen difundida, la transformación del actor es evidente. Su cuerpo, su mirada y su presencia encapsulan el viaje de Odiseo, no solo como el regreso a Ítaca, sino como la odisea interna de un hombre que intenta recuperar algo que la guerra le arrebató.
A los 60 años, Ralph Fiennes se entrega por completo a este papel, y en el proceso, redefine lo que significa interpretar a un héroe clásico en el siglo XXI.